jueves, 12 de junio de 2008

Día



Fue un claro amanecer
el mediodía trajo tristeza
cuando en la tarde desapareciste
llegaron las sombras de una oscura noche.

Almudena


Así es...

Así es el amor aunque no lo queramos.
Querríamos vivir siempre el amanecer,
las pasiones del alba,
la ceguera de ver en la otra persona todo lo que nos falta,
ese enamoramiento sin sentido y sin causa...
pero llega ese sol a mitad del camino
y las luces que vimos poco a poco se apagan,
y la rutina entra como carcoma ciega
y el serrín de los días vacía las miradas
y todo nos molesta...
Y así llega la tarde con los ojos huidos y los abrazos quietos
sin fuerzas ya para emitir palabras,
dejando que los días se mueran en silencio
mirando al horizonte, buscando una escapada...
Y al fin se nos adentra en la noche más fría
con los cuerpos enfermos y las almas cansadas
buscando amaneceres como el que recordamos
cuando creímos ver que lo que nos pasaba
era un sueño tan fuerte, una ilusión tan viva
que nunca supusimos que se nos apagara...
Pero todo quedó muerto en estas cenizas
que buscan con ardor que aparezca otro alba
y que sueñan con ver cómo las resucita...

Javier

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