martes, 14 de agosto de 2007

Insatisfacciones

Hay ladrones que nos roban las más preciadas joyas
y hay aquellos que nos roban el corazón…
Tú, después de robármelo, te lanzaste en búsqueda de más…
Almu



Creo que no robé tu corazón
¡me lo entregaste!
Quisiste ver en mí a quien amabas
pero yo sólo busqué en ti el placer
que colmara mi inquietud y me saciara...
y también me lo diste sin reclamarme nada.
Pero en esa vorágine de vivir entregado
a una afán insaciable que no se harta con nada
tuve que perseguir otros placeres sórdidos
en otros rincones y otras camas...
Nunca fueron corazones lo que logré tocar,
sino cuerpos ardientes
que de una forma intensa me supieron calmar.
Por ello no es correcto que me llames ladrón
porque jamás robé,
sólo supe gozar lo que me regalaban...
Javier

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