lunes, 8 de octubre de 2007

Daga

Tu olvido es un estilete
penetrando mi carne sin anestesia
rasgando mis sentimientos
de norte a sur
sin olvidar el corazón.
Almu



Saber que me recuerdas me condena.
La culpa se me clava como un dardo.
No entiendo tu perdón a mis mentiras,
no comprendo tu añoranza de mi abrazo...
No ha sido el olvido lo que me impide hablarte
porque debes saber que yo no te he olvidado,
que sigues en mi tan real y tan viva,
igual que el primer día que me metí en tus brazos
y me dejé embeber en tus caricias...
Pero caí en las redes que me desarraigaron
de tu dulce y entrañable compañía
y huí por no querer hacer más daño
sin esperar perdón ni comprensión ni estima...
Ahora que sé que te estoy desgarrando
quiero volver a acercarme hasta tu orilla,
pedir este perdón que me estás regalando
y volver a reemprender la vida
caminando de nuevo a tu lado...
Javier

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