lunes, 30 de julio de 2007

Templar


Amanece, el sol comienza a brillar,
recalienta la tierra…
Lo que no sabemos es:
si es el efecto de nuestro amor
que se expande por el universo…
Almu

Si este sol de justicia que nos está abrasando,
que nos seca la sed y nos aplasta el paso
es fruto del amor que nos tenemos
¡hagamos algo para lograr frenarlo!
Podríamos reservarlo para la peor etapa del invierno,
cuando los hielos cuelguen de los tejados
y se quede, hecho cristal, hasta el aliento.
Pero en este momento
podemos comenzar mirándonos sesgados
y saludarnos de vez en cuando y a lo lejos...
hasta que logremos que las temperaturas bajen
y en cuanto consigamos que el aire sea más fresco
volver, como si hubiéramos enloquecido,
a los abrazos, a las caricias y a los besos...
Javier

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