miércoles, 5 de septiembre de 2007

Alborada


Desde mi orilla veo amanecer
distintos tintes cubren el cielo
alargo mis manos hacia el horizonte
y bosquejando esa línea
…te hallo a ti.
Almu

¡Qué cerca nos tuvimos
y nos dejamos ir!
Ni las manos supimos enredarnos.
Ni las miradas supieron confundirse.
Éramos dos y a veces solo uno,
pero una leve línea lo controlaba todo.
Unas risas, quizá más nerviosas que alegres,
el no querer dejar de hablar
hasta que las palabras se pisaban el paso,
y de nuevo las risas...
No había riesgo de que nos descubrieran
pero fuimos tan cautos
que nos tuvimos cerca y nos dejamos ir
sin siquiera ser capaces
de mezclarnos...
Javier

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